Iglesia Parroquial San Bartolomé

Algunos autores, estudiosos del intrincado y oculto mundo de los templarios, han querido ver en este atrio una vez más la huella templaria en Los Santos, comparándola con el atrio que circunda la capilla templaria de Eunate que lo pone en relación con antiguos ritos como los de Eleusis, emparentados con el símbolo de la serpiente, símbolo del renacimiento o nacimiento a un saber oculto que se encuentra también en la advocación de esta iglesia: San Bartolomé, santo de clara y testimoniada preferencia templaria que fue precisamente despellejado (cambió de piel como la serpiente) y que milagrosamente sobrevivió a ese martirio para seguir dando testimonio de su fe.

Pertenece su construcción al S.XVI aunque su capilla mayor de estilo románico, podría pertenecer al S.XIII según Gómez Moreno, se cubre con una bóveda de cañón reforzada por dos arcos perpiaños y uno toral.

Destaca la grandiosidad de su construcción con tres naves cuyas arquerías de separación son de medio punto apoyados en pilares, todo ello posiblemente reformado en el S.XVI. Sobre el hastial del suroeste, obra de Juan Negrete, de mediados del S.XVI y por encima del arco de medio punto enmarcado por un alfiz de remate triangular, han sido esculpidos una concha y un jarrón, así como dos óculos simbolizando, posiblemente, la búsqueda del Santo Grial.

Merecen especial mención los frontales de los altares laterales, un precioso conjunto de azulejería mudéjar “a cuerda seca” con inscripciones góticas, que fueron donadas por el Capellán de la Catedral de Salamanca en 1.505.

El púlpito es de piedra berroqueña y la nave central cuenta con un artesonado de madera polícroma.

Declarada en 1993 B.I.C. “Bien de Interés Cultural”, fue restaurada en 1983 y es una de las más antiguas de la Comarca.

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